no
voy a tener un coche ecológico
no
voy a tirar menos de la cadena del wáter
no
dejaré de contaminar los ríos
ni apagaré el aire acondicionado
ni desenchufaré la nevera
ni diré menos mentiras
la tierra
que desaparezca poco a poco
tan lento como cae una noche
en el más profundo de los abismos
no ceder el asiento
no tener cuidado con los niños en la calle
en el metro
en los parques
en las escuelas
que el dolor curta sus huesos como al mármol
no
daré limosna al mendigo
no
visitaré al enfermo
y el preso
puede morir entre barrotes sin que me perturbe
yo
tendré un bosque y una casa en medio
–por fuera piedra fuerte por dentro madera–
cubrirá todas mis necesidades perniciosas
la habitarán mis mujeres y mis hombres
algunos de ellos transexuales
todos serán mis esclavos
todos serán jóvenes y bellos
cualquiera que se asome sucumbirá a mis caprichos
andaremos desnudos en verano y cubiertos en invierno
tendré animales perros gatos cabras caballos
agotaré la riqueza de la tierra de mis hectáreas
succionaré toda la savia de sus árboles
comeré todos los seres vivos que la habiten
me llevaré mi tierra conmigo cuando muera
mi especie de consumidores salvajes
no
no voy a hacer bondades
no
no voy a ser el ángel blanco que toca el arpa
seré el diablo desnudo y rojo que agoniza y vive para siempre
Luis M. Hermoza,
publicado en Simiostein: primer zine cornelista n°0.
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